Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados celebran su 150 aniversario al servicio de los mayores



Con presencia en cinco continentes, cuentan con cinco casas en Extremadura: Mérida, Don Benito, Trujillo, Azuaga y Badajoz. La de la capital pacense es la más antigua y empezó a funcionar en 1880, y es una de las entidades beneficiarias de la Fundación Dolores Bas, quien quiso apoyar la labor que realizaban por las personas mayores de la ciudad de Badajoz.

 

Noticia de Canal Extremadura

Comenzaron en un inmueble de la barriada de Pardaleras que las primeras hermanas fueron dotando poco a poco con mucho esfuerzo.

En Badajoz, hace unos 40 años se mudaron a unas amplias instalaciones junto al complejo deportivo de La Granadilla. En la actualidad ahí siguen, en la residencia que lleva el nombre de la patrona de la capital pacense, la Virgen de la Soledad.

En el centro de Virgen de la Soledad convive una comunidad de 9 hermanas. Con ayuda de unos 70 empleados atienden con cariño y esmero a 185 mayores. Algunos son totalmente autónomos, otros dependientes y también los hay con patologías más severas o algún tipo de demencia. La residencia está llena y existe lista de espera.

"Damos nuestra vida por nuestros mayores, desde por la mañana hasta la por la noche. Además intentando siempre que estén atendidos tanto corporal como espiritualmente", resume Sor Elena Rebollo, la madre superiora. Ella es la responsable de supervisar todo el funcionamiento del centro.

En 143 años de presencia en Badajoz han atendido a casi diez mil mayores

Este servicio incansable lo saben reconocer los residentes, que admiten sin dudarlo que son una gran familia y se encuentran como en casa. Como señala Alonso Sánchez: "No extrañamos nada nuestro hogar de antes, porque aquí nos encontramos muy a gusto y muy bien atendidos".

Esquivar la soledad

Los residentes disfrutan de la compañía y calor que se dan también unos a otros. "Aquí encuentro el apoyo de las compañeras, valoro mucho el estar acompañada", destaca Remedios Romero, que dio el paso de entrar en el centro tras una época de depresión.

Mismo sentimiento el de Antonia Carrasco, que nos cuenta que se tuvo que venir "porque mi marido falleció y yo me volvía loca en casa, todo el día llorando". En sus 143 años de presencia en Badajoz, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados han atendido a casi diez mil mayores.