La Fundación Dolores Bas partícipe de que la Torre de Espantaperros de Badajoz vuelva a tener campana tras 143 años



La réplica de la campana ha sido posible gracias a casi 900 aportaciones, entre ellas la de la Fundación Dolores Bas, que participaron en la campaña de mecenazgo.

Una réplica de la campana de la torre de Espantaperros de la ciudad de Badajoz ha vuelto a sonar y a lucir en este emblemático monumento, tras una campaña de mecenazgo que ha permitido que, desde el mediodía de este miércoles, día 22, luzca en su campanario esta pieza fabricada a partir de la original en los talleres de los hermanos Rivera en Montehermoso.

Entre una enorme expectación, 143 años después de que la original dejara de sonar, su gemela recuperó un sonido, en Re sostenido, que aunque es nuevo para todos los pacenses, los que saben de campanas dicen que habla muy bien del maestro que la hizo.


Previamente, el edificio de La Galera ha sido sede de un acto inaugural que ha contado con la presencia del alcalde de la ciudad, Ignacio Gragera; el subdelegado del Gobierno en Badajoz, Francisco Mendoza; y los representantes de las asociaciones promotoras de dicha campaña, Manuel Cienfuegos de Amigos de Badajoz, y Héctor Muñoz de la Asociación Alcazaba, entre otros.

En el acto, en el que se ha hecho entrega de réplicas de menor tamaño de la campana a una veintena de mecenas VIP que han aportado más de 500 euros, como es el caso de la Fundación Dolores Bas.

El concejal de Turismo, Jaime Mejías, fue el primero en hablar para destacar que con la campana, «no solo recuperamos un pedazo de nuestra historia, sino un signo de identidad y orgullo de los pacenses». Y, precisamente, en ese sentimiento de orgullo fue en lo que insistieron todos los que hablaron después de él, desde el maestro campanero al alcalde, Ignacio Gragera, que además anunció que va a solicitar al Museo Arqueológico la cesión de la campana original para exponerla al público en el Museo Luis de Morales.

El artífice de la pieza, Gabriel Rivera, reconoció que había sido un honor hacerla, lo que dice mucho teniendo en cuenta que cada año salen de su taller más de 300 campanas. «Es una joya gótica de bronce espectacular. Ha sido un trabajo arduo y bonito».

Arduo porque ha logrado hacer un pieza idéntica a la original con solo 45 fragmentos de los 167 que se conservan, sabiendo leer su historia. Tanto es así que, como desveló el alcalde, el maestro campanero ha descubierto que la pieza original se hizo 50 años después de lo que se creía. Se fundió en 1567, no en 1517 como se había interpretado hasta ahora la inscripción grabada en el borde.

Fuentes:

Hoy.es

www.europapress.es