[CÁNCER] El sueño de ser madre teniendo cáncer



A Ivonne le diagnosticaron un cáncer de mama durante su embarazo. Recibe tratamiento en un hospital de Madrid y se aloja con su familia en una de las residencias que la Asociación Española contra el Cáncer tiene en la capital.

Ivonne es mexicana. Maestra de profesión. Está casada con un gaditano y desde hace dos meses y medio son padres de Héctor. Su historia es la de cualquier pareja con proyectos de futuro, hasta que a ella le diagnostican un cáncer de mama.

Un sueño cumplido

"Los sueños se cumplen y yo puedo decir que el mío está en mis manos". Ivonne es una joven mexicana, residente en Cádiz y casada con un gaditano. Es maestra de profesión, ahora en paro, y desde hace dos meses madre de un niño llamado Héctor. "Me diagnosticaron un supuesto fibroadenoma (un tumor beningno en la mama), decidieron extirpármelo para evitar la deformación del pecho, pero sin biopsia. Seguí teniendo molestias, y cuando realizaron las pruebas y la biopsia, me diagnosticaron un carcinoma. El más agresivo". En su tranquila vida irrumpe como un huracán la palabra cáncer. Confiesa que tuvo miedo, pero su historia no acaba ahí. "Cuando me lo detectaron descubrí que estaba embarazada. Recibí muchas presiones para que abortase. La ginecóloga, el cirujano que en un principio me operó en Cádiz y que después quiso que me sometiese a una masectomía, insistieron en que no podía tener el bebé", nos cuenta Ivonne. Fue entonces cuando le recomendaron pedir una segunda opinión.

Y así llegó a Madrid, junto a su marido. El oncólogo al que visitó le aconsejó inciar un tratamiento y le dio esperanzas "si no empiezas rápido, tu bebé será un niño sin madre", le dijo. Le explicaron el riesgo de la radiación para el pequeño no nacido, pero sí incidieron en que a partir del segundo trimestre era más bajo. "El embarazo fue maravilloso, una época extraordinaria. Hice muchas cosas, ocupada, tranquila, feliz". Detrás de esa felicidad se encontraba la Asociación Española Contra el Cáncer. El camino que Ivonne ha recorrido ha sido más fácil gracias a los voluntarios y voluntarias de la AECC. Lleva un año en Madrid, recibe tratamiento en un hospital público de la región y se aloja en una de las residencias que la AECC tiene en la zona. "Les tengo un cariño inmenso. He aprendido a vivir el presente y también el futuro. Porque dentro de unos años espero poder decirle a mi hijo que luche siempre por lo que quiere. Con amor todo se consigue". Ivonne es optimista. Le acaban de dar las últimas pruebas y todo va bien. La quimio está haciendo su trabajo. Acabar con el bicho que ha intentado truncar sus planes de vida. "Mi consejo para quienes estén pasando por una situación similar es que alimenten el espíritu, mantengan la mente ocupada y se rodeen de personas no tóxicas".

La necesaria labor de la AECC
Desde el año 1992 la AECC viene impulsando la creación de residencias y pisos de acogida con el objetivo de acoger al enfermo de cáncer que tiene que desplazarse de su lugar de residencia para recibir tratamiento y a sus familiares. Actualmente cuentan con un total de 39 residencias y pisos que acogen de manera gratuita a niños y adultos enfermos de cáncer y sus familias, cuando el tratamiento oncológico ambulatorio sea de larga duración y se encuentren durante largos períodos fuera de su domicilio habitual. Están situados en las principales ciudades españolas, especialmente en aquellas que cuentan con hospitales que incluyen, entre sus servicios, oncología pediátrica, oncología médica y oncología radioterápica.

Visitamos la residencia de Madrid. También acoge las oficinas de la AECC. "Está compuesta de zonas comunes, habitaciones individuales, zona infantil. Aquí están tranquilos. Conviven con otros pacientes y se ayudan entre ellos", nos explica Carmen Galatas, coordinadora de la residencia. "Les vemos llegar de sus tratamientos, establecemos con ellos un vínculo muy especial. Son personas maravillosas", dice. Ivonne es la excepción, lleva un año en el centro. "Lo normal es que estén un mes o mes y medio, pero es muy intenso. Nos alegramos muchísimo cuando les vemos salir por la puerta rumbo a su casa. El alojamiento en la residencia es completamente gratuito. Esto les facilita mucho el camino. Se olvidan de otras preocupaciones y se centran exclusivamente en combatir la enfermedad", afirma Carmen. El sentirse arropado y recibir cariño durante la enfermedad son fundamentales para ayudar al paciente, "en la lucha contra el cáncer todo suma".

Fuente: cadenaser.com