El cáncer de mama, una enfermedad crónica gracias a los nuevos tratamientos



Los nuevos tratamientos contra el cáncer de mama, que elevan la supervivencia al 80 %, han permitido, junto a los cribados masivos, acorralar este tumor maligno, el más frecuente entre las mujeres, y convertirlo en una enfermedad crónica, según la prestigiosa oncóloga valenciana Ana Lluch.

En una entrevista con la Agencia Efe, la jefa del servicio de Hematología y Oncología Médica del Hospital Clínico de Valencia destaca que en los últimos dos años se ha producido una "revolución" en el arsenal terapéutico, con la incorporación de fármacos biológicos e inmunológicos, efectivos y con menos efectos secundarios que los usados hasta ahora.

Lluch (Valencia, 1949), elegida como la mejor oncóloga de España en un estudio independiente que recogía opiniones de 2.400 expertos, considera necesario el acercamiento del médico con el paciente y alerta: "El día que no tengamos ese 'feedback', no sé hasta qué punto deberíamos continuar tratando pacientes".

Confiesa que se hizo oncóloga porque le "encantaba" una especialidad que hace más de 30 años "estaba en mantillas". "Lo único que teníamos eran fármacos citotóxicos que aplicábamos a casi todos los pacientes de la misma manera, pero descifrar el genoma fue fundamental para conocer mejor los tumores", asegura.

Lluch, catedrática de Medicina en la Universitat de València, reconoce que se han producido recortes y una disminución de la inversión en la investigación, pero considera que ésta no siempre se tiene que sufragar con dinero público.

"Tenemos que intentar sacar recursos de la sociedad civil y de las empresas, que se conciencien de que sin investigación no hay progreso", afirma la experta, quien reclama la puesta en marcha de una Ley del Mecenazgo que favorezca esas donaciones.

Considera que casos como el de la actriz Angelina Jolie, que se sometió a una doble mastectomía para reducir las altas probabilidades de sufrir un cáncer de mama, "permitió la visualización de un tema, el estudio de los genes hereditarios, que aquí tenemos instalado en la medicina pública desde hace más de diez años".

Se confiesa firme defensora de los cribados masivos ("screening") que junto con los nuevos tratamientos, apunta, son la causa de la disminución de la mortalidad por cáncer de mama en los últimos diez años.

Lo único que le quita el sueño son sus pacientes y aunque su nombre ha estado en las quinielas para ser consellera de Sanidad o estar en las listas autonómicas del PSOE como independiente, afirma: "Mi vida y dedicación son mis pacientes y mis proyectos de investigación".

El cáncer de mama no es una sola enfermedad y gracias a los avances de la biología molecular se puede conocer la heterogeneidad de este tumor y que cada paciente necesita un tratamiento diferente y personalizado en función de esas alteraciones genómicas.

Los tratamientos de tipo biológico actúan en pacientes afectadas por tumores HER2, que suponen entre un 15 y un 20 % de los cánceres de mama, y son fármacos "extraordinariamente efectivos y faltos de toxicidad", lo que puede evitarles efectos negativos como la caída del cabello, angustia o vómitos.

"Las terapias están dirigidas a actuar dentro de la célula del tumor, a modo de 'caballo de Troya', liberando el fármaco citotóxico, y no actúan sobre las del resto del organismo", explica Lluch, quien agrega que con estos medicamentos la supervivencia de las pacientes "ha aumentado de forma significativa".

El único problema de estos tratamientos, a su juicio, es su "elevado coste", aunque afirma que sus pacientes "son afortunadas": en la medicina pública española "siempre que la paciente lo necesite, y con justificación por nuestra parte, tenemos acceso a estos medicamentos nuevos".

Para el grupo de pacientes más numeroso, las afectadas por los llamados tumores "luminales", cuyo crecimiento depende de las hormonas ováricas, también hay "novedades y buenas noticias", según Lluch.

En los dos últimos años se han incorporado dos fármacos "maravillosos" para cuando las células de la paciente se vuelven resistentes a las terapias hormonales. Se administran por vía oral, lo que evita a las pacientes tener que acudir al hospital a administrarse quimioterapia "porque no la precisan".

Se muestra convencida de que el cáncer de mama está acorralado, ya que las cifras de curación son ya de un 80 %, y para el 20 % de pacientes que recae, los nuevos fármacos conseguirán cronificar la enfermedad.

Señala que ahora se abre un "campo nuevo" en la oncología, la inmunología o el intento que el sistema inmune sea capaz vencer el tumor, que ya se aplica en pacientes con un cáncer de mama "triple negativo", el más agresivo, que supone cerca del 12 % de los cánceres de mama.

Fuente: http://www.hoy.es