De Houston a Valverde, unidos por 'El Rebellao'



Once alumnos americanos junto con cuatro madres y dos profesoras del “Pershing”, con Rachel Aguilar a la cabeza, han podido conocer a sus amigos del instituto valverdeño tras un año intercambiando correspondencia en inglés y algunas fotos y vídeos de acercamiento.

Once afortunados alumnos americanos junto con cuatro madres y dos profesoras del “Pershing”, con Rachel Aguilar a la cabeza, promotora del encuentro, se encaminaban hacia Évora y allí se encontrarían con sus amigos del instituto valverdeño.

Desde el inicio del encuentro, se descubrió que los adolescentes del mundo tejen sus propios hilos sin necesidad de cartas de presentación. Todo un ejemplo para el mundo adulto. Así, sólo media hora después de conocerse, jugaban y hacían un corro internacional cantando y bailando juntos. Y ésa fue la primera de muchas de esas reuniones espontáneas vividas a lo largo de los tres días de convivencia.

En Évora, visitan la Capela dos Ossos, capilla que recorren con fascinación y escalofrío tras leer la inscripción que acoge al viajero diciendo: “Los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”. Después, dan un paseo por la ciudad, viendo la catedral y el templo de Diana. Y, después de un almuerzo ligero, se dirigen a visitar el primer monumento megalítico del viaje americano: el Cromlech de los Almendros.

El Cromlech de los Almendros es una belleza atemporal, que transmite la calma que lo ha mantenido hasta ahora en pie: la de saberse fuera de modas o pasiones efímeras, ni proclive al saqueo por una riqueza exuberante. Las piedras, aunque estén de pie, pasan desapercibidas en un campo a las afueras de una población acostumbrada a la naturaleza. Y, curiosamente, nuestra indiferencia o ignorancia ante ellas las salva del vandalismo.

Los alumnos pasean y corren por entre las piedras, las abrazan, buscan inscripciones en ellas, se apropian del espacio, lo hacen suyo, se integran en él.

Y tras esto, ponen rumbo a Valverde, donde el Ayuntamiento ha organizado un acto de bienvenida para los visitantes americanos: palabras, música y baile y aperitivos, combinación perfecta. Así, tras las palabras de la coordinadora del evento desde España, la profesora Lola Carmona del Barco, palabras de agradecimiento a todos los que han hecho posible este encuentro, sale al escenario un grupo de niños y niñas de la Asociación Local de Coros y Danzas de Valverde, que enternecen y maravillan al público, seguidos del Grupo Juvenil de Flamenco de Valverde, con un destacado bailarín y exalumno del centro, Pablo Moreno, que deslumbra con sus movimientos y hondo sentimiento en el baile. Un broche magnífico para el primer día de encuentro.

Al día siguiente, martes, las actividades se distribuyen entre “El Rebellao”, el instituto, Badajoz y Olivenza, un día de nuevo intenso y movido.

Comienza con las excavaciones en el Rebellao de alumnos de los dos institutos durante la mañana. Después, se reúnen con el resto de alumnos en el instituto, donde se les recibe con carteles sobre Houston, un concierto de flautas en el que el himno estadounidense levanta a los americanos de sus asientos con la mano en el pecho y que acaba con una pieza en la que corean y dan palmas tanto americanos como españoles. Seguidamente, se planta un magnolio cedido por el Ayuntamiento en el patio del instituto, junto al cual se entierra una “cápsula del tiempo”, actividad organizada por la profesora Fermina Acevedo, en la que se introducen objetos personales y deseos en forma de cartas de los dos países, junto con algunas fotos y un periódico del día, de forma que las generaciones futuras que la encuentren sepan quiénes éramos y cómo vivíamos. Para su conservación, se introducen paja y sal, como así hizo Francisco de Peñaranda para conservar su biblioteca emparedada en Barcarrota en el siglo XVI.

Un almuerzo de migas extremeñas y viandas ofrecidas por familias y profesores del centro rematan la mañana en el instituto. Y, desde éste salen para la Alcazaba de Badajoz, que recorren en su totalidad tras pasar por la Plaza Alta y contemplar la Torre de Espantaperros. Las vistas y la tarde primaveral hacen la delicia de todos. Termina este día con una visita nocturna por Olivenza, de la mano de Víctor Gibello, que aporta unas pinceladas de historia y curiosidades a los chicos.

Con una noche hermosa y estrellada, no parece creíble que el día siguiente pudiera salir tan lluvioso y desapacible como estuvo.

El miércoles los alumnos americanos comienzan en el Rebellao, pero tienen que desistir a media mañana y pasar el resto de la mañana visitando Olivenza. Se unen a los alumnos de Valverde y La Albuera a la salida del instituto, en la Vaquería, espléndidamente preparada para el evento, y con la magnífica aportación del AMPA del centro de un picnic para todos. La tarde, sin embargo, se desluce y agua literalmente con la lluvia incesante, que no permite salir a los alumnos a dar su paseo hasta el dolmen, sembrar los árboles y disfrutar de la naturaleza para inspirar sus haikus y hacer mindfulness. Así y todo, la Vaquería se convierte en un refugio perfecto, que los alumnos aprovechan y sienten como propio por lo acogedor del lugar. Sueñan con una acampada en los alrededores en algún momento de mejor tiempo, y prometemos posponer las actividades para realizarlas en un futuro próximo.

La cena en la Vaquería es momento de intensidad de encuentro, el tiempo apremia y los adolescentes son conscientes de ello.

Finaliza el encuentro con unas palabras de Pedro Arias, presidente de la Fundación Dolores Bas de Arús, ofreciendo “El Rebellao” a todos como parte de nuestro Pasado, consciente de que conocerlo es respetarlo, y unas palabras de agradecimiento de Rachel Aguilar a todos los que hicieron su sueño realidad, seguidos de la entrega de obsequios de unos para otros, sellando lazos.

Las despedidas son siempre tristes, pero eso es lo que demuestra que lo vivido ha sido hermoso. Con esa reflexión, los alumnos vuelven a sus casas después de la intensidad de estos tres días, grabados en pupilas, oídos, piel y corazón.

Fuente: Crónica del IES Campos de San Roque para el diario Hoy Valverde de Leganés. Enlace